Me hice un tatuaje a los 19 años fascinado a este mundo y veía como era posible dibujar con un lapis y ponerlo con una máquina en la piel acercándome paso paso a este mundo comprándome las primeras revistas de tatuajes en Italia copiando algunos dibujos y tatuando a simples amigos con una máquina construida artesanalmente así siguiendo esta pasión que al día de hoy sigue regalándome cada momento y cada persona cada cliente es una emoción diferente y creo que poner en la piel de la gente una obra tuya es el sentimiento más grande que existe.
Y desde entonces supe realmente que quieria hacer en la vida que al día de hoy es mi actual profesión. Regalar cada momento cada retrato cada obra ponerle el sentimiento más grande en cada pieza.